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Asociación Logos Proyectos Sociales
Soluciones a problemas de los colectivos en riesgo de exclusión social
Profesionales al servicio de la transformación económica, social, ambiental, educativa y cultural.

Si bien un cierto grado de diversidad es algo muy deseable, como todo, cuando algo se lleva al extremo se torna negativo (la dosis hace el veneno), incluida la propia diversidad. Las desigualdades nos separan -a menudo demasiado-, y da la impresión de que se acrecientan cada año que pasa. Lógicamente, la mayoría de personas se encuentran alrededor del centro de la gráfica (que representaría una campana de Gauss), pero una cosa es la aséptica representación matemática y otra la realidad.

tejido rasgado roto 960x639rPero empecemos definiendo la brecha digital. Entre otras “brechas” (a parte de las brechas de seguridad) se agregaron los conceptos de brecha salarial, social, de género, etc., que hacen referencia a una separación o discontinuidad entre grupos (los más favorecidos y los menos favorecidos, por ejemplo). En el caso de la brecha digital, esta se refiere a la separación entre los que pueden sacarles jugo a las herramientas informáticas (hardware + software) y los que sufren “tecnoestrés crónico'' ante un teclado y son incapaces de manejarse con un mínimo de soltura.

Se dice que el analfabeto de hoy es el que no sabe usar un ordenador (por su limitación en su relación con el entorno y capacidad de acceder a información). Si estamos más o menos de acuerdo con lo anterior quizá nos haya sorprendido que la ministra de Educación haya eliminado la asignatura de Informática del Bachillerato. Por supuesto, defienden que la competencia digital la adquirirán los alumnos de forma transversal a través de las demás materias. Digo yo que quizá podrían haber pensado de similar modo con las lenguas y dejar de torturar a los chavales con el análisis gramatical (por ejemplo). O dar algunas asignaturas en inglés (de ciencias, por ejemplo, o de informática, si la hubiera) y no empeñarse en incordiar a los pobres alumnos con el english grammar, y centrarse más en la práctica de esta lingua franca contemporánea.

Pero ¿qué más separa a los que usan la informática en todo su potencial de los que no? Conocimiento, evidentemente (afortunadamente el ministerio de Educación se ha propuesto corregir esto).

Pero hay más: como el “diseño” basado en la obsolescencia anticipada, debido en parte a un software crecientemente exigente, situación propiciada por un casi monopolio de los sistemas operativos, entre otros factores. Sin entrar en detalle, se ha de reseñar que esta situación no solo hace poco asequibles los equipos informáticos, sino que es responsable de una enorme cantidad de chatarra informática que podría reducirse sensiblemente.

Los consumidores están pagando mucho más de lo necesario por unos equipos que les durarán menos de lo que podrían durar, causando contaminación y residuos innecesarios en el proceso.

Tenemos un gran problema entre manos (varios, conectados, en realidad), pero también tenemos algunas buenas soluciones a nuestro alcance.

Quizá es hora de ponerse manos a la obra con ello.